PROFESIONALIZACIÓN EN EL EJERCICIO DE LA ABOGACÍA

La profesionalización no es lo mismo que la certificación profesional, hoy en día se habla mucho de las nuevas responsabilidades profesionales que tenemos los abogados una de ellas es la certificación profesional, sin embargo, el estar certificado no es garantía de un desempeño con alto estándar de profesionalismo.

La profesionalización en el ejercicio de la abogacía es una responsabilidad intrínseca de cada profesional, que conlleva a un desempeño ético, meticuloso y honesto de su desempeño (trabajo a conciencia).

El artículo 5 constitucional establece A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie puede ser privado del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.

Y no obstante que su ley reglamentaria al artículo 5 constitucional, relativo al ejercicio de las profesiones establece las condiciones para el obtener la cédula profesional, y ahora la certificación profesional.

Cabe destacar que según cifras que brinda el INEGI, DEL AÑO 2021, en México hay un aproximado de 442 mil abogados, de los cuales el 40% son mujeres y el resto hombres. Quienes trabajan o buscan ejercer la profesión tienen entre 39 y 42 años de edad, así como un periodo de escolaridad de 16 años.

Adicionalmente, los abogados mexicanos laboran en promedio 39.7 horas a la semana con un sueldo aproximado de seis mil 11 pesos.

El papel del abogado (a) con el transcurso del tiempo se ha venido deteriorando debido a los falsos profesionales que sin terminar su estudio profesional, sin ética y aprovechándose de las necesidades de las personas actúan de forma fraudulenta.

Es importante reconocer el papel del abogado (a) dentro de la sociedad, el alto grado de responsabilidad que este mantiene como pilar en el desarrollo de la armonía social, ya que el buen desempeño de un abogado ampliamente profesionalizado no será capaz de violentar el Interés superior de una persona menor de edad, sino al contrario exhortara a su cliente para que este le brinde la protección y respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes, garantizando en sentido amplio un sano desarrollo, y no generar acciones que más que beneficiar a las personas menores de edad los perjudiquen con el afán de beneficiar al adulto irresponsable.

Si bien es cierto que el trasfondo de la certificación profesional es generar profesionistas mejor preparados a efecto de que brinden un impecable servicio profesional eso deja a un lado la profesionalización.

Se requiere de profesionalización en el servicio jurídico, desde la trinchera de los tribunales, jueces, secretarios, actuarios, notificadores, meritorios y personal de archivo, para que brinden un servicio con Calidad, Calidez Y eficiencia. No solamente cumplan una jornada laboral con horario determinado cumpliendo con ello solo por obtener un salario, sin vocación de servicio y sin el interés de ser un eslabón en la cadena de la armonización social.

Busquemos siempre la excelencia de nuestro desempeño en pro de la equidad y beneficio estructural de perseverar un ámbito de estabilidad jurídica entre las partes.

El abogado (a) es y será un precursor en el buen desarrollo de la sociedad, en todos los ámbitos.

Necesitamos Abogados éticos, comprometidos al bien común a garantizar la seguridad social y no solo abogado que busquen el ganar, ganar, sin importar la destrucción de una familia, que al final del día esa familia lleva un impacto a la esfera social.