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Publicado: 30 julio 2020
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En Latinoamérica el avance de la justicia electrónica ha sido incipiente, los sistemas judiciales se resisten a aceptar la tecnología como una herramienta que puede ayudar a mejorar su trabajo.
La E-justicia o justicia electrónica es un término que se ha venido acuñando desde que la tecnología se comenzó a introducir en el ámbito jurídico. En términos más formales, la E-justicia es el uso de tecnologías y conocimientos informáticos para la mejora continua de la administración de justicia. La pandemia por COVID-19 causó una aceleración en el crecimiento de este tipo de herramientas en Latinoamérica, pero, ¿Cuál es el estado real, qué grado de integración han tenido los sistemas judiciales en nuestro continente?
En otros países su funcionamiento ha sido aceptable
En países como España, la E-justicia se ha implementado de forma progresiva desde 2008, cuando algunos centros educativos realizaban simulaciones de juicios por videoconferencia. En la simulación los estudiantes podían experimentar en un entorno virtual la argumentación jurídica de un caso, la contestación y la exposición oral durante un juicio.
Europa se considera un pionero en el uso de nuevas TICs (Tecnologías de Información y Comunicación) que poco a poco se fueron implementando en juzgados de la mayor parte del continente. En un principio se tenía la duda de si en todos los lugares donde se planeaba implementar las mejoras tenían la infraestructura tecnológica que les permitiera unirse a esta innovación, como lo afirman algunos expertos, este es un problema que se presentaría en un inicio, pero que en breve podría ser superado gracias al esfuerzo de los ministerios de justicia nacionales que tuvieran la disposición de mejorar sus procesos.
El propósito de la tecnología aplicada a la impartición de justicia radica en hacerla más rápida, menos costosa y que sea más accesible para todos. La E-justicia entonces, sería también el esfuerzo de los gobiernos y instituciones de justicia para mejorar sus procesos. No se debe confundir con Legaltech (Para saber más sobre Legaltech pulsa aquí), ya que ésta se dirige más a los abogados, despachos o a los mismos clientes que buscan servicios legales.
El caso de América Latina
En Latinoamérica el avance de la justicia electrónica ha sido incipiente, los sistemas judiciales se resisten a aceptar la tecnología como una herramienta que puede ayudar a mejorar su trabajo.
La percepción de la justicia en estos países está muy debajo de lo aceptable, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) los crímenes dolosos, robos y extorciones han crecido mucho en la región y las instituciones de justicia no han sido capaces de realizar juicios justos o dictar sentencias rápidas para dar justicia a los agraviados mediante los procesos tradicionales, por lo que no consideran que esto pueda mejorar con la implementación de tecnología.
Los emprendedores que confían en la E-justicia creen que esta herramienta puede ayudar a que la justicia en América Latina sea más expedita, eficiente y con decisiones acertadas gracias a la litigación electrónica.
¿Cuáles es el papel de los abogados en este panorama?
El cambio en la impartición de justicia no depende sólo de las instituciones, los abogados y despachos también juegan un papel muy importante ya que, con su apoyo, los procesos podrán tardar menos de lo que se acostumbra, y así se eliminarán los juicios con duración de años y sin una sentencia clara.
Los costos también se podrían ver reducidos, ya que en un juicio que lleve menos tiempo, el cliente invertiría menos y obtendría un mejor resultado que ayude a su situación. Esto también depende de la ética de los abogados, éstos deben siempre estar concentrados en obtener un resultado efectivo, con un proceso correcto y en un plazo que sea razonable. Se deben acabar esas prácticas en las que se alargaban los casos para poder tener mejores beneficios económicos sólo para el abogado.
En México se dan los primeros pasos para la E-justicia
En México el panorama no es del todo alentador, sólo 16 de los 32 poderes judiciales locales permiten la presentación de demandas vía remota. La pandemia ha exhibido este escenario, ya que algunos delitos que van al alza como la violencia intrafamiliar, robo con y sin violencia, etc. no se han podido denunciar debido al cierre de las instancias judiciales para proteger a su personal.
El Estado de México y la misma CDMX han puesto al servicio de la población plataformas digitales para denunciar, que buscan seguir brindando atención. Si bien es un gran paso, aún se vislumbra un largo camino por delante. A pesar de que el acceso a las tecnologías de la comunicación está asegurado por el estado desde el 2012 como un derecho humano, aún la cobertura no es la aceptable para la mayor parte de la población en México.
De igual forma la percepción de la gente no ha cambiado, prefieren seguir acudiendo al ministerio pública, debido a que creen que se desestimaría su denuncia si es presentada por medios electrónicos. Infórmate sobre las denuncias en línea aquí. Aún con todos los posibles adelantos que se han tenido, todavía se presenta como un tema pendiente para la justicia en nuestro país.
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